Boxeo
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©Brendaliz Figueroa, 7 de diciembre de 2011
Anoche cuando busqué a mi hijo, una de las empleadas del centro me dijo que el chico se había enredado a pelear con uno de sus compañeritos. No me dieron detalles, pero sí me dijeron que la pelea fue de tal magnitud que las dos maestras tuvieron que pedir refuerzos. Se los vendo al costo.
Hoy tengo que hablar con ellas para que me expliquen bien qué fue lo que pasó. Lo primero que hice anoche fue preguntarle a mi hijo si había peleado con “Fulanito”. Me dijo que sí, que iban caminando, que fue por un juguete, que se dieron puños (y movía los puñitos bien rápido) y que lloró. Me reí por dentro, porque no sé qué de todo eso sea cierto, y no le puedo dar la razón a nadie, ya que yo no estaba presente. Además, sólo tiene dos años, así que al ver su graciosa dramatización no pude evitar la risa (interna).
Le expliqué que no debe pelear con sus amigos, que hay que compartir, y que si le dan se lo diga a la maestra. A todo me dijo que sí.
Aunque realmente espero que no se repita, y admito que me extraña un poco, ya que mi hijo por lo general es amoroso y amable, ya veremos qué título defiende hoy, si el de peso mosca o el de escarabajo.
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En serio?! es que no me lo imagino 🙂
Lo bueno es que a esa edad, a los 5 minutos vuelven a ser amigos.
Saludos a los tres 🙂
Pues sí. Parece que pelearon “heavy” pero aún no tengo claro si realmente pelearon como boxeadores. No es que me ría a carcajadas de esto pero tampoco creo que sea el final del mundo. Entiendo que es la edad, y que a los tres minutos son amigos de nuevo.
Como quiera estoy tomando cartas en el asunto en casa. Deja ver cómo funciona eso cuando no estamos en casa.
Saludos Frany!
Te juro que me lo imagino contándote el suceso.
Ja,ja…te creo cuando me dices que te lo imaginas… Si lo ves, te mueres de la risa.