Niños especiales

©Brendaliz Figueroa, 20 de diciembre de 2011

Ayer por la tarde tuve la oportunidad de visitar el Hospital del Niño.  Éramos un grupo del trabajo, representando a nuestro departamento, llevando regalos y donativos para los pacientes residentes del hospital.

Estuvimos allí como una hora, hablando y jugando con los niños a quienes nos permitieron ver.

 Las condiciones de cada niño varían. Hay algunos que salen del hospital (porque van a la escuela); otros no salen. Unos reciben visita de sus padres; otros no pueden recibir ese tipo de visita porque están bajo la custodia del Departamento de la Familia.

Fue una experiencia agridulce. Por  un lado se me rompía el corazón y por otro lado sentí que con la aportación de muchos les llevamos algo de alegría. Vi todo tipo de miradas: perdidas, esperanzadas, tristes y alegres. 

Una chica que actualmente pasa sus días confinada a una silla de ruedas dijo que ella tiene fe, y que un día se va a levantar de esa silla, aunque hay gente que no le cree.  Tiene tanta FE, que no dudo que un día se levante de verdad, tal y como ella lo decreta todos los días.

Una vez más me sentí bendecida y agradecí por la salud y la vitalidad de mi hijo. 

El Hospital del Niño acepta voluntarios:

http://www.hospitaldelninopr.org/index.php/voluntarios

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