5 de febrero de 2010

A mi hijo le salieron dos dientes antes de cumplir los cinco meses. Ya ustedes saben (o pueden imaginarse)… Áuch!

Me tiene la izquierda lacerada. Cuando él ve la gloria (la teta, cuando bebe leche), yo veo las estrellas. Se ha llevado varios regaños, y los dos hemos llorado a la vez.

Me muerde, lo regaño, lo saco, llora, lloro (porque me duele, no porque él llore). Vuelve y se enchufa a la teta.

Con esto de estar sola (mi esposo está de viaje), parece que el estrés me ha bajado la producción, y me está que entre los dientes y haberse quedado con hambre, mi hijo anoche nos fastidió el descanso(el suyo y el mío).

Sólo dormí tres horas. A las 3:00am llamé a mi esposo (que estaba en otro contiente, con otro horario). Lo desperte con: “¿Estás durmiendo?”. Me dice que sí. Por ahí empecé yo: “Qué suerte la tuya, ¿ah? Llevo despierta la noche entera. No puedo más. Si yo estoy despierta y lo tengo que escuchar llorar, tú también”. Y le puse el teléfono en la boca del niño, para que mi esposo lo escuchara.

Me dio por loca y me colgó. No se equivoca. Estoy extra loca, drenada, extenuada y para colmo, asustada por la bajada de producción de leche.

Espero que pronto regrese la producción normal porque me daría pena tener que reducir la lactancia tan pronto.

Join the conversation! 2 Comments

  1. Me muero de la risa… Pero te entiendo, aunque ellos no sean los que le den la teta, tienen que participar caramba!, así sea desde otro continente, je je!!

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    • Claro, ya llevaba demasiados días sola rompiendo noches con el niño atacado en llantos. Era hora de compartir el sentimiento y el cansancio.

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