Se me perdió el nene…
Se me perdió el nene…
© 2012 – Brendaliz Figueroa Guzmán
La primera vez que vi la cara de mi hijo sentí una alegría indescriptible. Aparte de que pujarlo estuvo fuera de liga y estaba loca porque saliera de mi cuerpo ya, también llevaba muchas semanas ansiosa por poder verlo y tocarlo.
Hoy puedo decir que sentí más alegría que nunca al ver a mi hijo.
Se me perdió el nene en la playa. Fueron los dos minutos más largos de mi vida.
En un segundo que tomé para virarme y ofrecerle una bolsa de basura a la mamá de un amigo de mi hijo…zas!!!, el muchachito había desaparecido de la vista de todos.
Empezó la búsqueda, la incertidumbre, el miedo, la desesperación, el corre y corre, la angustia y no sé qué más. Todo esto fue en cinco segundos. Cuando mi esposo regresó de botar una silla que se nos rompió me vio desfigurada. Lé pregunté por el nene, y entonces empezó su corre y corre con todas las emociones mezcladas ya mencionadas.
Él corría para un lado y yo para el otro. Corrí aquella playa como si huyera de un fuego, pero mirando para todos lados. Las palabras no me salían. Sentía que perdía el aire y que mi corazón dejaba de latir.
La mamá que nos acompañaba también nos estaba ayudando. Se unieron varias personas, entre ellas unas niñas, y todas me preguntaban cómo era su ropa. Me sorprendí cuando en medio de todo lo que pasaba por mi mente pude dar una descripción ultra detallada de la ropa y del físico de mi hijo más de una vez.
Pensaba en todo lo malo: se está ahogando, se lo va a llevar alguien, nunca más lo veré, me volveré loca, mi esposo y yo moriremos de pena.
Miraba hacia el agua, rogando a Dios que no se estuviese ahogando pero a la vez que nadie se lo estuviera llevando.
Cuando se asomaron las lágrimas pensé que si lloraba no iba a poder encontrarlo. Decidí que no era momento de llorar. Tenía que seguir buscándolo. Regresé a nuestro “spot” y cuando corrí en busca de algún oficial de la policía, unos hombres me hicieron señales para que mirara al otro lado.
Me viré y pude ver a lo lejos a una de las señoras que preguntó por la descripción de la ropa del nene, mi esposo y su trofeo (nuestro hijo).
Mi corazón volvió a latir.
La señora lo había encontrado segundos antes de que mi esposo llegara a donde ellos. Estaba jugando con un palito y unas cuantas palomas.
Para sus efectos, nada había pasado. No se había dado cuenta de lo lejos que había llegado correteando a las palomas.
La alegría de verlo era tanta que sólo le dije que lo habíamos estado buscando y que estábamos preocupados y tristes. Él, con la inocencia de los dos años y medio mostraba feliz su palito y nos hablaba de las palomas como si nada…
Igual que cuando lo parí, esta vez tampoco lloré. El alivio de tenerlo conmigo era todo lo que necesitaba.
Fue entonces cuando la mamá del amiguito de mi hijo me contó que ella había perdido a su niño en una tienda por departamentos. Su agonía duró media hora. Por mi madre santa que sentí alegría inmediatamente. Durante dos minutos pensé que me moría sin mi hijo. No quiero imaginar qué hubiese sido de mí si llego a perderlo por media hora.
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Brendaliz Figueroa Guzmán- 4 de marzo de 2012
Ay Brenda qué horrible.
Mira, nena, no sabes lo que fue. Fue como no tener alma de repente!!!
Tremendo susto…..
Brutal…fue horrible!
Hoy me paso a mi lo mismo, perdi de vista a mi hijo de 2 anos, y es que no le gusta estar en el carrito , y le gusta andar corriendo por todos lados, estaba viendolo y en una esquina como a 5 metros yo estaba sentada probandome unos zapatos y vi que se a lejaba y le dije “hijo no te vallas tan lejos” y el me miro con una sonrisa y se echo a correr como jugando a las escondidas, y sali corriendo atras de el pero yo no se como el lo hizo que desaparecio, le grite para encontrarlo pero rapidamente llame a un encargado de la tienda, y llamaron un codigo amarillo y cerraron las puertas de la tienda, una manager lo habia encontrado llorando y llamandome, y cuando al final me lo dieron senti que me volvio el alma al cuerpo, estaba tan asustada , todo duro unos 5minutos, el estaba tan asustado que todo el dia despues de eso queria estar abrazado a mi, gracias a dios no paso a mayores y todos estamos bien, 🙂
Wow. Cinco minutos que son una eternidad. Qué sensación tan horrible. No sé cómo ellos lo hacen, pero desaparecen en un momento. Qué bueno que todo tuvo un final feliz. Saludos.