Vampiresas
©Brendaliz Figueroa, 27 de agosto de 2011
Hoy, cuatro días antes del segundo cumpleaños de mi hijo, me tocó ir al laboratorio clínico a hacerme 200 estudios. Me han caído todos los achaques encima. Supongo que es el cansancio acumulado. Espero que no sea nada grave.
En tan agradable reciente visita, recordé todas las veces que tuve que ir a que me sacaran sangre mientras estuve embarazada. Qué dilema esto de tener las venas flacas y complicadas. Te meten la aguja, no encuentran nada, siguen buscando con la aguja adentro, etc. Creo que estuve casi todo mi embarazo con los brazos morados.
Pues en eso pensaba mientras esperaba que me llamaran. Claro que luego del embrazo, los pinchazos no me asustan. Fui sábado, porque durante la semana se me había hecho imposible. Aquello estaba como ubre de vaca: FULL!!!!, y yo sin desayunar. Mala combinación. Me mandaron a hacer tanta cosa que el deducible me pareció una barbaridad. Gracias a Dios que tengo plan médico y trabajo. Siempre hay que ser agradecida. El punto no es ese…ya verán.
Me llaman para pasar. Le explico a la vampiresa que mis venas son un drama, y ella me sonrió. Seguramente pensó “ya viene ésta con el cuento de siempre de las venas difíciles y que por favor trate de usar las agujas de mariposa, ajá”. Trató el brazo izquierdo. No encontró venas. Trató el derecho, pinchó con mucha dificultad luego de decir “jum, qué posición mala la de esta vena, ¿cómo lo harè?”, y cambió la aguja, como le dije q iba a tener q hacer. Metió la ponzoña, y nada que ver. No salía sangre. Ay mamá, qué dolor. Y yo muda (raro en mí). Preguntó si me dolía. Dije que sí. Exclamó “Joliiieee”. Vino Jolie -aparentemente la veterana- y metió mano de nuevo en el brazo izquierdo. Tuvimos suerte, y apareció una vena, y lo mejor de todo, apareció la sangre necesaria. Qué chévere fue saber que un tubo estaba dañado y tuvo que llenar un tubo extra. Qué alegría sentí cuando me dijo “esta vena es bien buena y tiene buen flujo, llena los tubos enseguida”. Ya lo sé, para la próxima…es de las que son de ladito, cerca del hueso! Riquísimo…jeje.
No fue agradable remontarme al pasado y recordar mis brazos color violeta.
Me reitero: lo único bueno del embarazo es el resultado final (el bebé). El resto no es muy divertido.
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