Visita al neurólogo

©Brendaliz Figueroa, 1ro de junio de 2011

Recientemente, hablando con una amiga de una amiga mía, llegamos al tema de la pérdida de memoria.

Más o menos así fue nuestra conversación, (en donde A soy yo, y la otra madre es B):

(A)- “Pues mira, de las pocas cosas que recuerdo, te puedo decir que sí, así fue…”.

(B)- (con cara de sorprendida) “No me digas que a ti te pasa lo mismo. Oh, wow, no lo puedo creer. ¿Tú también has perdido la memoria?”

(A)- (con mucha seguridad) “Nena, claro que sí. El chip se va llenando, y por algún lado se va otra  información. Tú ni te preocupes. Yo creo que es normal”.

(B)- “Ay, gracias, estoy más aliviada. Hace pocos días le dije a mami que sacaría una cita con el neurólogo”.

Qué mucho me reí (en ese momento).

 La hice desistir de ir al neurólogo. Yo espero que de verdad ella esté bien de la cabeza. Me sentiría algo responsable si en algunos meses me entero de que lo de ella era algo serio.

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