De viaje – parte 2 (1/2)

© 2012 – Brendaliz Figueroa Guzmán

La semana pasada escribí la primera parte de los viajes de mi hijo. Se suponía que venía el cuento de su segundo viaje a Europa. Pues anoche recordé que antes de ir a Europa fuimos a New York de nuevo.

Sexto viaje (abril 2012) – Regresamos a NY. Fuimos el fin de semana de “Easter”. Ya el niño habla, y por supuesto, habla mucho, alto y claro. Lo primero que hizo en la fila del security check (aquí en Puerto Rico) fue decirme: “ella no me gusta”. ¿A quién se refería? A la muchacha que estaba justo frente a mí. Qué oportuno él para sus comentarios. Me bajé, le hablé al oído y le dije: “ella no te ha hecho nada”. Insistía: “ella no me gusta”. Empecé a sudar. Y la fila del security check más lenta que nunca… La muchacha no se dio cuenta o se hizo la sorda. No sé.

Además de hablar, mi hijo ya va al baño. El niño potty trained es tema para otro post, pero no puedo dejar de contarles que en este viaje visité todos los baños que imaginan y unos cuantos más. Soy la nueva ingeniera de limpieza de todos los baños del mundo. Llego con mis wipes anti-bacteriales, limpio y luego empapelo todo. El próximo que use el baño del que yo salgo con mi hijo está de suerte. En Union Square el muchachito me dice que tiene que ir al baño. Entré a tres lugares. En ninguno de ellos me dejaron llevar el nene al baño. Me enganché al nene (no tan pequeño ya, y tampoco es “light) en la cadera y corrí hasta Babies R Us, jurando que se me orinaba encima. Subí las escaleras eléctricas, llegué al baño – para el que necesitaba una llave-, corrí a buscar la llave en el counter de servicio al cliente,  donde no me atendieron muy servicialmente que digamos, y por suerte, el nene se aguantó hasta que llegamos. Yo estaba bañada en sudor debajo de todo aquel ropaje (hace friíto en NY en abril).

En este viaje el chico se portó muy bien, sobre todo considerando el frío, algo a lo que no está acostumbrado. (Hubo que comprarle guantes, orejeras y gorro). La que se portó regu-regu fue su mamá, que estaba harta de caminar y del frío.

Le gustó mucho ver a los “street performers” de camino a Central Park, y quedó loco en el zoológico. Aprendió a llamar al taxi con la mano arriba y a ponerse las manos en los bolsillos (o en las nalgas si estaba sentado) para calentárselas. Eso le parecía muy gracioso.

¿El séptimo viaje? Ese sí es el de Europa. Regrese pronto para leerla.

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10 de junio de 2012

Join the conversation! 2 Comments

  1. Me gusta mucho tu manera de contar las cosas. 🙂

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