Conmigo sí que no

© 2015 Brendaliz Figueroa Guzmán

Era agosto, el nene llevaba pocas semanas en kinder, en un colegio nuevo. Esa semana estaban trabajando con la letra “c” en inglés, y ese día todos los niños debían llevar una gorra (“cap”) al salón.

Mi hijo decidió llevarse una gorra “de adulto”, y yo no le debatí. Era su decisión. Me pareció bien.

Cuando lo busqué por la tarde me dijo: “mami, hoy unos niños se burlaron de mí”. Le pregunté por qué, tratando de parecer empática y calmada aunque ya estaba molesta “por dentro”.

“Se burlaron porque yo era el único niño que no tenía una gorra de muñequitos”, entiéndase personajes infantiles. Le dije “Ay, nene, eso no es importante, tu gorra es de los juegos olímpicos. ¿Recuerdas aquel día que nos sentamos a ver un desfile de delegaciones de países, aquellos que iban a competir en diferentes deportes?”

“Sí, mami, me acuerdo”, contestó. “Pues de eso es tu gorra, y tú lo sabes”, le dije. “Yo sé,  mami, yo les dije ‘es que ustedes no entienden, esto es de grandes, cuando ustedes sean grandes y usen gorras de adultos me voy a burlar de ustedes’, y ya, me quedé tranquilo”.

Ja,ja,ja,jaaa. Le dije que no era bueno burlarse de los demás porque era hacer lo mismo que le acababan de hacer ese día, pero tengo que admitir que su respuesta me dio risa y hasta me gustó.

Este sí que no se deja. Me tranquiliza saber que es como yo. Uno de mis “lemas” es “conmigo sí que no”, y parece que con él sí que tampoco.

La gorra del “issue”…

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8 de abril de 2015