Invocando santos

©Brendaliz Figueroa, abril 2010

Tengo el tiempo contado cuando voy a buscar a mi hijo al cuido por las tardes. Literalmente, si me paro en cierta cantidad de semáforos rojos, puede ser que no llegue a tiempo. Voy totalmente enfocada en llegar, me convierto en descortés, no cedo el paso, y hago ese tipo de cosas que me parecen de gente poco civilizada y que yo misma detesto.

Puedo asegurar que me queda algo de civismo, y por lo menos no me como las luces  rojas ni doy cortes de pastelillo, pongo las señales para hacer cambios de carril, y voy a la velocidad permitida. Es bien difícil decidir si pisar el pedal de la gasolina y olvidarme del resto o si seguir con calma y paciencia, rezando antes de cada luz:  “verde, verde, verde por favor, ponte verde”, como he hecho hasta ahora. Pienso que si me para un guardia, entonces sí que no llego a tiempo. Por eso mejor prefiero ir rezando e invocando santos.

El primer día de mi hijo en el cuido, no pude llegar a tiempo a buscarlo. Me sentí tan mala madre, horrible. Maldije los tapones, los semáforos, la gente que  forma más tapones innecesarios cuando pasan sin tener la luz a su favor, lloré, y tuve que llamar a mi mamá para que recogiera al bebé en el cuido.

Me imagino que la mitad (o más) de esa gente salvaje con la que me cruzo todos los días en esta jungla va igual que yo, comiéndose la carretera para llegar a buscar a sus hijos.

Es como si uno estuviera de prisa a causa de una gran emergencia. Y esta emergencia ocurre todos los días, de lunes a viernes.  Wow. No está fácil. El ataque al corazón es inminente.

22 de abril de 2010

Join the conversation! 4 Comments

  1. Gracias a Dios que solo cojo una luz para buscar a mis chicas a la escuela…pero en mi caso es que tengo que salir sin que me vean para que a alugno de mis clientes no se les ocurrra ponerme una reunión o darme chachara… y con todo y eso
    una vez estaba en la otra planta al lado de la mia..pero hay que caminar bastante…y ya era hora de irme…como estaba lloviendo tanto tuve que ir correr como pude por casi 5 min para llegar al parking en la otra calle montarme en el carro toda empapada, para llegar al cuido 5 min tarde, toda empadada y ver a mis hijas llorando porque eran las últimas que quedaban…ya sabes literalmente se me partió el corazón…

    Reply
    • Nena, es horrible, qué agonía. TODO lo que hace uno para llegar a buscar a los hijos, wow. Bendito, Joshua casi siempre es el último…ja,ja. Aún no lo he encontrado llorando…ja,ja.

      Reply
  2. ahhh se me olvidaba por la misma línea de la gente manejando…
    En una ocasión cuando Ariana era más pequeña iba guiando y había tanta y tanta gente haciendo esas animaladas que yo fuí diciendo tooodo el camino “pero mira ese animal” “pero mira ese otro”. Cuando llegamos a la casa Arturo le pregunta a Ariana que que hicimos y ella dice
    “Mamá estuvo viendo muchos animales en la calle….pero papá yo miraba y no veía ninguno”
    jaja que inocencia!!!

    Reply
    • Ja,ja….buenísima esta anécdota. Cuando crezca estará por ahí diciendo lo mismo. Pronto entenderá a qué animales te referías.

      Reply

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Latest Posts By Brendaliz Figueroa

Category

Cosas de madres