Octavo viaje de mi hijo (agosto 2012)

© 2013 – Brendaliz Figueroa Guzmán

Me dio tremenda conjuntivitis. Por primera vez en mi vida sentí ese picor, ese ardor y esa molestia tan increíble. Era viral. Me levantaba con los ojos pegados, y casi no los podía abrir. Fui al oftalmólogo, quien además de darme medicamentos, me dijo que no podría trabajar en semana y media. Yo me reí, porque no lo creí tan serio, pero luego vi que sí lo era. Mi esposo tenía un viaje de trabajo. Iba a Alemania. Volaba sábado, y ese mismo día comenzó a insistir para que me fuera con él a Alemania  y nos lleváramos al nene, que estaba a punto de cumplir tres años . Luego de varias horas insistiendo, y yo rechazando la invitación, accedí. Compró todo a última hora, y empaqué como las locas, como pude medio ciega. Mi esposo, que es muy dadivoso, invitó a mi mamá al viaje, ya que yo iba semi cegatona, sola con el nene,  y él iba a estar ocupado en gestiones de trabajo. Mi mama no tardó en aceptar la invitación, todo lo contrario a su hija.

Volamos sábado, y llegamos a Alemania a las 9:00a.m. del domingo. A las 9:30a.m. ese mismo día, fallece la abuela materna de mi esposo, la que fue como una madre para él. Llegando de sorpresa (esta servidora con mi hijo y mi madre), y la sorpresa nos la llevamos nosotros. Fue entonces cuando entendí por qué había accedido al viaje, algo muy poco “yo”, porque no suelo tomar decisiones así de locas y apresuradas.

Pues, nada, allí estábamos, y como mi esposo tenía que ir a sus reuniones de trabajo, así lo hizo. Me tocó asistir a todo lo relacionado con el funeral de su abuela, a quien yo le tenía mucho cariño y con quien compartí y cociné muchas veces cuando vivía en Alemania. Me sentí extrañamente bien de estar allí presente.

Para no perder la costumbre mi hijo tuvo otro episodio “de caca”, pero esta vez fue mi mamá quien se encargó. Como estaban justamente en el proceso de despedir el duelo, ella se llevó a mi hijo, y al no saber cómo preguntar en alemán dónde estaba el baño, fue muy creativa improvisando un baño al aire libre, utilizando sus brazos y un árbol como respaldo, y la tierra/grama como inodoro, todo esto entre lápidas, cruces y flores. Con lo que mi mamá no contaba era que además de haber sido vista por varios locales que la miraron rarísimo, el nene iba a tener muuuucha dificultad para evacuar, lo que le costó a ella mucho esfuerzo físico, sufrimiento y sudor, y al nene varias lágrimas.

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  1. Muero con las aventuras caquísticas de tu chico!!!! Pobre de tu madre. Jajaja

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  2. No puede ser! Q hizo caca entre las lápidas? Jajaja

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    • Sí, Camille, así como lo lees. Cuando mami me empieza a contar, yo iba abriendo los ojos…
      Le pregunto por qué no buscó un baño preguntando, y me dijo que ella no hablaba alemán…ja,ja,ja!

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  3. Jajaja…me encanto! Tu madre se merece un premio!!

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