Población animal

©2014 Brendaliz Figueroa Guzmán

Hoy por la mañana vi lo que veo todos los días de lunes a viernes: gente que se “tira” con la luz roja, cuando evidentemente no hay espacio (además de que no era su turno), provocando que quienes tienen la luz verde no puedan moverse. Yo me quedo estupefacta con las caras de idiotas que ponen algunos. Me pregunto si no se dan cuenta del tapón que forman.

Hoy también vi algo que no veo siempre: una mujer con lo que presumo era el diablo por dentro, manoteando, gritando, tocando bocina, y finalmente yendo en contra del tránsito para evitar quedarse en la luz roja. ¡Madre mía, ¿y a esa mujer qué le pasa? Carajo, lo que nos pasa a muchos, que odia el tapón, pero yo no me comporto como ella.

¿Eso es lo que ella quiere que sus hijos vean? Peor aún, ¿eso es lo que mis hijos tienen que ver? ¿Seres humanos transformados en bestias mañaneras? ¡Qué barbaridad!

Y no digo que en casa estamos “peaches and cream” por las mañanas. Sí, hay “corre y corre” y me paso como una cotorra repitiendo “vamos, estamos tarde, desayuna, avanza”, pero de ahí a parecer que quiero “matar a alguien” hay mucha diferencia. (Y no es que por mi mente no pasen esos pensamientos, pero no lo aparento).

Mientras los adultos se comporten como bestias, seguiremos teniendo una población animal por el resto de la existencia, porque los niños aprenden lo que ven.

Esto me lleva a la falta de consideración y de respeto por los demás. Esta foto es de hace varios meses. No había autos en ninguno de los dos lados cuando esta persona se fue a estacionar. Es decir que no es que el del lado estaba mal estacionado ni nada por el estilo. Sencillamente ella pensó que está bien ocupar dos estacionamientos. Supongo que pensó “ay, total, eso no importa”. “¿Por qué esa persona se estacionó mal?”, pregunta mi hijo. Mi respuesta: “porque es una desconsiderada, el mal de muchas (personas)”.

Así se estaciona un desconsiderado

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4 de septiembre de 2014