¡Qué semanita!

© 2012 – Brendaliz Figueroa Guzmán

Hace dos semanas empecé a sentir dolor de garganta. No le di mucha importancia. Veinticuatro horas más tarde el dolor se encargó de que me importara. Al día siguiente desperté de madrugada y tenía el ojo pegado. De la noche a la mañana tenía conjuntivitis. Sí, ajá, con los ojos bien asquerosos, hinchados, y con dolor.

El doctor me dio una excusa médica para varios días, y le dije “exagerado”.  Jamás pensé que la conjuntivitis me fuera a durar tanto, y mucho menos que eso, mezclado con catarro e infección de garganta, fuera a tener el efecto devastador que tuvo en mí.

Sí, lo sé, me estoy poniendo vieja. Estas cosas no me pasaban antes. Infección sí había tenido, pero conjuntivitis no.

Lo “mejor”  de todo fue que mi esposo estuvo de viaje, que por poco pasa una tormenta (que no pasó) que provocó que cerraran el pre-escolar de mi hijo día y medio. Y yo con todas las dolamas encima y los ojos pegados.

¿Algo más? Sí, salud ya, por favor y gracias, como dice mi hijo.

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27 de agosto de 2012