Casi dos años

©Brendaliz Figueroa, 24 de julio de 2011

Falta un poco más de un mes para el segundo cumpleaños de mi hijo. Hace 24 meses no me imaginé cantando y bailando las canciones de Atención, Atención. Ya parezco una integrante más del grupo. Para el que no  sabe, Atención Atención es una banda muy popular entre los niños, de la cual el personaje más querido es un sapo. Tampoco pensé que haría tan bien de mono por toda la casa ni que viviría escuchando CD´s infantiles la gran parte del tiempo. Ah, no puedo dejar de mencionar que he visto las tres películas de Toy Story mil veces (y creo que me quedo corta).

A veces la casa es un desastre. Ahora mismo, por ejemplo, mientras escribo, mi hijo está en su piscinita, y yo entro y salgo, mojando el piso y lo que no es piso. Fue un reto y una aventura lograr limpiarla antes de llenarla, porque él se quitaba la ropa y se quería meter aunque la piscina estuviera sucia y yo tuviera las manos ocupadas. Pude limpiarla con éxito, y ahí está, gozando de lo lindo, luego de haber intentado desarrollar algo de paciencia.

Qué divertido es ser niño.  Unas cuantas pulgadas de agua en una piscina plástica son una maravilla. A sus casi 24 meses, todavía las burbujas de jabón le resultan fascinantes y hasta con el cartón de papel de baño se divierte muchísimo.

Este chico sí que ha disfrutado  su vida hasta ahora.

Hasta acá me llega el agua que está  salpicando desde la piscina, lo que me anima a apagarla pronto y ponerme a pensar en la celebración de su segundo cumpleaños. Estoy bien atrás con eso. Para el primero  comencé a prepaparme muchos meses antes, pero esta vez, como que se me ha complicado la cosa. Dicen que eso pasa cuando los niños crecen (que se complican las cosas).

Parece que es cierto.

Cuéntenme qué creen ustedes.

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