Don’t hate. Appreciate!!

© 2012 – Brendaliz Figueroa Guzmán

Cenando informalmente con dos parejas y sus respectivos hijos-todos más o menos contemporáneos- salió el tema de la comida y la cocina.

Una de las mujeres dijo que en su casa no se cocina. La otra dijo que su mamá y su suegra le envían comida a su esposo todos los días, por lo que ella tampoco cocina. Entonces, cuando me di cuenta de que todas teníamos eso en común, me sentí menos mal de ya no cocinar como antes, cuando lo hacía todos los días. Desafortunadamente la edad actual de mi hijo, mi horario de trabajo y lo cansada que llego a casa me lo complican todo. Es una de las cosas que cambia con la llegada de los hijos. Mi esposo, a quien le encanta traer comida, contó que yo me quejo cuando llega con comida de la calle.

Pues sí, me quejo. “Yo lo hago para que tengas menos trabajo”, dice él. Y yo lo que quiero intentar es volver a la normalidad de antes, cuando cocinaba frecuentemente. “Yo velando por la economía del hogar”, dije.

Creo que la gente no nos entiende.

Uno de los hombres dijo que su lema era “Don’t hate. Appreciate!”. A mi esposo le pareció genial y decidió adoptarlo inmediatamente.

Intentaré no quejarme (cada vez que mi esposo traiga comida) y apreciar el peso que me quita de encima.

Que quede claro, intentaré. No prometo nada.

Ya veremos si mi esposo-quien será el primero en leer esto- también se aplica el cuento de no quejarse por algunas cosas, y apreciar otras.

Saludos al alemán.
😉

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Brendaliz Figueroa Guzmán-5 de febrero de 2012

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