El hombre embarazado

© 2012 – Brendaliz Figueroa Guzmán

Mi hijo está muy consciente de que creció en mi panza. Me lo recuerda todos los días, según se lo he explicado, como si yo fuera capaz de olvidar semejante milagro. Sí, sigo pensando que es una maravilla la forma en que crecemos dentro de alguien y cómo nacemos.

Bueno, a lo que iba… Estábamos en una tienda por departamentos, y él, con su tono de voz (para nada bajito) exclama: “mira, mamá, él tiene un bebé en la panza”.  Quise comportarme como si nada, pero por dentro ya estaba caliente. Lo llevé aparte, simulando que estaba calmada,  y le susurré: “baja la voz, por favor, y los hombres no tienen bebés en las panzas”, a lo que respondió (de nuevo, en voz alta): “sí, mamá, está embarazado”.

Me tuve que ir…ni modo. No me fui de la tienda, pero me fui lejos del señor.

Seguramente en ese momento el  “hombre embarazado” me mentó, o quizás mencionó a mi madre, quien siempre me dijo que estas cosas me iban a pasar, tal y como le pasaron a ella conmigo.

Tan adorable que era salir con el nene cuando no hablaba, y cuando ante cualquier “catástrofe”, la teta resolvía bastante. Aquellos tiempos quedaron atrás hace rato…pero me disfruto su compañía, que hace mis salidas bastante interesantes (y estresantes algunas veces).

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12 de diciembre de 2012