©2019 Brendaliz Figueroa Guzmán

Cuando mi hijo tenía 11 días de nacido, decidió llorar todo el día. Me estaba volviendo loca. Había hecho “TODO” para calmarlo, sin éxito. Él lloraba, se calmaba dos minutos, lloraba, yo lloraba, llorábamos los dos… Las tetas mágicas ese día no daban resultado. La imagen es tan cruda y horrenda como la imaginas; yo estaba hecha un jodido desastre.

Por la noche, creo que a una hora semi indecente, tambaleándome por la casa con el muchachito en brazos, chocando contra las paredes, decidí llamar a una amiga primeriza, como yo, que me llevaba tres meses de delantera.  Le dije “sorry, no sé qué más hacer, no ha parado de llorar, estoy desesperada, lo he intentado todo”. Me dijo “ponle el bobo” (chupete, para algunas personas). Tenía bobos en casa, sin abrir. Pensé en lo leído y todo lo escuchado, “no se lo des hasta que tenga x meses, usa bobo, no uses bobo, el bobo puede causar tal o cual cosa, es bueno usarlo, es malo usarlo”…bla bla bla.  Pa’l carajo, desgarré el paquete de bobos en un acto de desesperación y locura, lo lavé, se lo espeté en la boca, y no sé si por cansancio o por qué, el niño se calmó por lo menos durante una hora, en la que yo también me dormí sollozando, extenuada.

Meses más tarde, mi hijo dejó el bobo solo, un día, así porque sí, lo tiró y no lo quiso más. El bobo no le causó traumas; usarlo, no usarlo, dejarlo, no dejarlo. Conclusión: usa lo que te funcione y te resuelva en ese momento; no te ahogues en un vaso de agua y no dejes que las opiniones del mundo entero te hagan dudar de las decisiones que tomas.

Continúo…

Esta amiga es una de las que afortunadamente tuve accessible durante ese periodo de nuestras vidas. Era parte de lo que llamo “red de apoyo”. También tenía  una amiga recién parida fuera del país, con quien compartía anécdotas a través del teléfono y a quien visité de sorpresa con mi bebé de un mes de nacido. Con otras amigas compartía en persona. También fui a un grupo de apoyo (de lactancia) durante mi periodo de “maternidad”; esas fabulosas 8 semanas que te concedían como premio de consolación por haber pujado una piña al revés como toda una generala). No importaba cómo, siempre encontré “apoyo” de alguna manera. Claro, también estuvo mi mamá, que es la mejor, porque sabe guardar distancias, aparecer solo en momentos prudentes, no opinar, no meterse donde no le importa y donde no debe, y sabe estar para cuando la puerca entorcha el rabo de verdad.

El postparto está camarón. Punto. El apoyo emocional que necesitan las madres para superar la etapa del puerperio (sí, así es que se llama) es muy importante. Una mujer que ha recibido apoyo emocional, físico y práctico durante esta etapa, podrá cuidar mejor a su hijo.

Tuve un buen posparto. No fue fácil, pero pude entender que las madres que lo fueron antes que yo, pasaron por esta parte de la maternidad, y que como ellas, podría superarlo bien.

Mis hijos están “grandes” y todavía cuento con “red de apoyo”, porque la maternidad es como un postparto eterno. Mi “grupo” está compuesto por personas que pueden traer algo que haga falta, como leche, huevos o jamón, pueden velar a mis hijos si es necesario, se espatillan contigo en los preparativos de las fiestas de cumpleaños…También está quien de repente llega con un pez para reemplazar (sin que tus hijos se enteren) por vez número mil al pez que tu hijo cree que es eterno pero realmente ha muerto ya tantas veces que perdiste la cuenta. Sé que soy miembro del grupo de apoyo de otras madres. Si me necesitan, puedo recogerle a sus hijos en el colegio o el preescolar, puedo cuidar a chicos ajenos en lo que sus madres resuelven algún imprevisto o trabajan, los puedo llevar al parque y hasta fondilletes ajenos limpio si es necesario…

Todo el que lea esto y pueda  reconocerse como parte de la red de apoyo de alguien, tiene todo mi respeto. Mi “red” tiene muchos miembros…ha sido grande, ha sido pequeño, crece, se disminuye, y así sucesivamente, pero siempre está ahí, enriqueciéndose de la ayuda, las experiencias y las aportaciones de todos.

¡Crea tu red de apoyo y no la dejes caer! Somos humanos. Aprende a pedir ayuda cuando la necesites y recuerda que no estás sola.

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  1. Definitivamente super importante!
    Jamàs olvido cuando un día ya viviendo acà te dije q me sentía culpable pq estaba loca q el papà de los nenes llegara y se los llevara pq estaba sumamente cansada con los 3. Tu muy tranquila me calmaste diciendo muy bien, es normal y q te psaba los mismo a veces. Cuando uno escucha a alguien que lo entiende y no juzga esas son las personas que se necesitan en esa red . 🙂

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    • Taniaaaa, no recordaba esto, aunque sí suena bien “yo”. Qué linda. Gracias por compartirlo. Tú eres veterana en temas de madres. Gracias por ser parte de la red.

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