February 14, 2022

Mis amores

©️2022 Brendaliz Figueroa Guzmán

Releyendo mis escritos publicados, me topé con el del día de San Valentín del 2018, en el que aparentemente todo iba mal y hasta me había ganado el título de “la peor madre del mundo”.

¡Qué risa me dio! Hoy, cuatro años más tarde, puedo asegurar que he oído gran cantidad de barbaridades, y ya había olvidado aquel 14 de febrero en el que madrugué para hacer brownies con la idea de alegrar los corazones de “mis amores”.

El amor en todas sus formas

Este año no fue la excepción; les tuve unos detallitos y me porté “chévere” con ellos, así como soy yo, “nice”. También hoy hay brownies, no tan solo para ellos sino para todos sus compañeros de clase, yessss. Sí, tengo que reconocer y resaltar la alegría inmensa que me produce que este año estén yendo al colegio, ¡uf!, aunque todas las semanas elevo mis plegarias para que no haya un caso positivo de coronavirus y los envíen a las casas, como ha pasado ya.

La pandemia esta me ha recordado que la vida es un regalo que recibimos todos los días.

El asunto no es que hoy es día de celebrar la amistad y las mil formas del amor; eso es de todos los días. En las amistades se invierte; y no me refiero a dinero. Los amigos son la familia elegida. El que tiene amigos, es afortunado. Se lo digo a mis hijos con cierta frecuencia. Intento demostrárselos con ejemplos en la cotidianidad.

Este sentimiento desinteresado une a las personas (parecidas y distintas), crea lazos solidarios y va mucho más allá de cualquier frontera y distancia.

Precisamente ayer presencié una escena de amistad y amor muy linda: mi hija paseaba a nuestra perra, muy feliz, acompañada de dos amigas, cada una con sus respectivas perras. Se formó tremenda trifulca entre perras. La combinación de susto y desespero formó un festival de gritos, confusión y lágrimas. Con la ayuda de mi hijo, que bajó como un rayo al oir los gritos, logramos separar a las fieras, mientras las nenas miraban en estado de “shock”. Ajá, el muchachito preadolescente que últimamente siente algún tipo de gozo mortificando a su hermana, quien a su vez le responde a veces con gritos e insultos…sí, esos mismos dos, ayer me recordaron la pureza y nobleza de ese amor, aunque a veces parece que quisieran arrancarse las cabezas.

A la menor de las nenas la tuve que consolar con abrazos, respiraciones y todo…pa’l carajo el miedo al coronavirus (en ese momento). Teníamos mascarillas puestas, ¡uf! Era eso, usar camisa de fuerza o practicar yoga ahí mismo.

En plena calma luego de aquella tempestad, pensé que me había vuelto loca al meterme a separar las perras. Así son los amores de madre, de amigos, de familia, de hermanos…los vi todos en dos minutos.

¡Qué fortuna la mía…tengo todos los amores que mi alma necesita!



Join the conversation! 4 Comments

  1. Me encantó. Tu escrito me hizo visualizar cada uno de los momentos según lo fuiste describiendo. Me encantó el mensaje. Como bien dices el amor se demuestra de mil y una forma. Como madre hacemos lo que sea por los hijos y los hermanos, primos en mi caso; con Caro y Diego, esos hacen lo que sea el uno por el otro. Me alegro que hayas pasado un hermoso día ayer y te envío un abrazo.

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    • Kash, muchas gracias. En ese caso, hay varias historias aquí que podrían gustarte. Antes escribía mucho más, y me encanta contar. Sí, hacemos lo que sea. El amor, en cualquiera de sus variantes, nos hace hacer lo que hacemos… ¡Un abrazo!

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  2. Que padre leerte de nuevo y tus divertidas historias, eres buenísima! Un abrazo a esa familia escogida que dejamos en Puerto Rico 👊😉

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